En la plaza del Palillero, el actual ágora del pueblo como bien dice Tamara en su artículo, se congregan en estos días personas de todas las edades hartos de los gobernantes y de las opresiones de quienes deberían defender nuestros intereses. Sin embargo, a estas horas en las que escribo, ya de madrugada, la media de las varias decenas de ciudadanos que pasan la noche al raso ronda la treintena. Jóvenes que luchan por tener oportunidades, por un futuro, por nuestro futuro.
Durante los años que estuve en la universidad sufrí un gobierno del Partido Popular que nos dio muchos argumentos para movilizarnos. La LOU y la guerra de Irak, nada menos. La reforma universitaria supuso en la Facultad de Comunicación de Sevilla un encierro que duró más de dos semanas, no recuerdo fechas exactas, pero que fueron de una gran intensidad. De la guerra, otro tanto. Concentraciones delante de la facultad, cortes de tráfico, mesas informativas, clases al aire libre, acciones concretas para llamar la atención de la ciudadanía por nuestra causa, y un largo etcétera. Si no fuera porque los 'pequeños gobernantes' de las movilizaciones lo convirtieron en algo un tanto sectario de conmigo o contra mi lo recordaría aún con más orgullo. Sin embargo, los mejores recuerdos de aquellas andanzas no vienen por lo que conseguimos, sino por algo más personal. Durantes esos días maduré como persona, como ciudadano con conciencia, como ser ese pequeño trozo dentro de la gran sociedad que conformamos y que puede oirte, acompañarte, apoyarte o ignorarte como si no existieras. Durantes esos días forjé amistades que enraizaron hasta lo más profundo, crecí.
No hace mucho pensaba que en estos días que vivimos la sociedad nos agilipolla. El estado del bienestar nos da lo justo como para que temamos perder lo que ya poseemos y no nos atrevamos a reivindicar lo que de verdad deseamos. Nos hace esclavos de una libertad y de una protección que sin embargo nos encadena a la hora de exigir que hace falta más libertad y protección porque las desigualdades y las injusticias continúan ocurriendo a nuestro alrededor, a nosotros mismos. Estamos oprimidos, no como lo estaban nuestros padres en la dictadura, no como antes de que hubiera sanidad y educación pública para todos, no como lo están los ciudadanos de países con regímenes autoritarios. Pero sí ante una tasa del 45% del paro juvenil, sí ante un precio de la vivienda que las hace inasumibles, sí ante un contrato precario, sí ante una hipoteca a 40 años que puede subir o no o mucho, sí ante un político que no escucha las necesidades del ciudadano de a pie, sí ante los grandes empresarios y banqueros que se reparten bonus de beneficios mientras el resto hacemos cuentas y cuentas para terminar el mes. Estamos desprotegidos e insatisfechos. Y los más jóvenes se rebelan (nos rebelamos) ante un horizonte lleno de nubarrones. La generación perdida, dicen. ¿Por qué? No estamos perdidos, estamos aquí, con ganas, con ilusión, con esperanza de que las cosas no tienen por qué ser malas o malas, no tienen que ser así. Estamos aquí para cambiarlo. Y ellos, los que sacrifican la comodidad y el calor de una casa para pasar la noche entre cartones lo están demostrando. ¿Por qué piensan que solo nos podemos reunir para hacer botellón? Miradlos, están ahí, en medio de la plaza, leer sus carteles, hablad con ellos. Quieren futuro.
Yo, desde aquí, quiero felicitarlos y decirles que el futuro existe. Que pase lo que pase crecerán como personas, igual que yo lo hice e igual que lo sigo haciendo ahora, juntos. Y agradecerles a ellos y al resto de ciudadanos que apoyan con sus actos, con su presencia o con sus palabras este movimiento social que también estén ahí. Porque así conseguiremos una sociedad más justa y habitable, la construimos mejor. Y gracias también a mis compañeros de facultad por aquellos días que vivimos que fueron grandes.
Esto no es un blog de filosofía. Simplemento veo cosas que me hacen pensar. Y pienso cosas que me hacen estar vivo. Soy un redactor que no redacta. Soy un periodista de esos, un juntaletras que necesita su espacio para gritar las cosas que le indignan y compartir las que disfruta. Sin más pretensiones que seguir viendo, pensando, existiendo y desde hoy, expresando con libertad. Gracias por hacer que esto no sea un mero diario íntimo y personal. Ojalá encuentres algo de provecho.
20 mayo 2011
19 mayo 2011
Anticampaña, pero no antisistema
Florece una revolución social. El movimiento del 15-M, gracias a colectivos ciudadanos como Democracia Real Ya, llega para disparar directamente a nuestras conciencias. Si la decepción, el hastío, la falta de confianza en nuestros representantes políticos (como ya comenté en el post anterior) nos ha llevado a encarar las elecciones y decidir nuestro voto buscando el mal menor, ahora todo ese malestar general se encauza mediante un movimiento social heterogéneo, pacífico y apartidista que está tomando nuestras calles. Y no son solo jóvenes, no solo jubilados, no solo parados, desahuciados o hipotecados; y no son solo radicales, y no son solo de izquierdas ni de derechas ni de centro; y no son solo personas acomodadas ni pobres; no son solo gente formada ni solo analfabetos. No solo son antisistema. Estamos todos representados pero no representan a nadie. Simplemente son ciudadanos, en calidad de ciudadanos, con voz y voto de ciudadanos que están hartos de que nadie luche por dar soluciones a sus problemas, a los problemas que casi cualquier español padece.
Se acabaron las excusas políticas de que son los mercados los que mandan en nuestra economía, se acabó que la Unión Europea nos fije nuestras políticas, se acabó que los bancos sean los únicos que no paguen por sus errores, se acabó que la ley electoral sea injusta y no represente al electorado español, se acabó que nuestros políticos se perpetúen y se preocupen más por el mantenimiento de sus cargos que de escuchar al ciudadano. Las personas quieren que esto cambie y así lo están gritando. Sin colores políticos, sin ideologías, sin violencia, solo se busca la regeneración democrática en lo más básico de su concepto. Que la soberanía del pueblo la ostente el pueblo. Que la política se acerque al ciudadano. Que le escuche y luche por mejorar su calidad de vida, por satisfacer sus necesidades. No es más que eso. Luego que cada político edifique su programa sobre esta estructura y que le vote quien quiera. Porque esto no se trata de eliminar la democracia, sino de sanearla. De devolverle su esplendor.
Democracia Real Ya no pide ningún voto, ni siquiera que no se ejerza tal derecho. Tampoco se trata de eso. Simplemente pide una reflexión antes de votar más de lo mismo. Luego cada uno es dueño de sus decisiones y de sus convicciones.
Yo me adscribo al movimiento y ofrezco mi apoyo porque pienso que nos merecemos una política mejor, más justa e igualitaria. En Cádiz yo pensaba que me encontraría con una ciudad dormida. Sin embargo, de la noche a la mañana, como ocurre a esta hora en buena parte del país, hay gaditanos que están ahí, dando el do de pecho, convocando, informando, organizando y concienciando, de un modo sano y dialogante, el hartazgo de la política y la lejanía de una economía que nos oprime y que, como ciudadanos, venimos comentando de un modo u otro en reuniones de amigos, en familia, con los compañeros de trabajo, de una manera individual. Ahora toca el momento de unirse para mandar un mensaje muy sencillo a nuestros gobernantes. Así, NO.
Se acabaron las excusas políticas de que son los mercados los que mandan en nuestra economía, se acabó que la Unión Europea nos fije nuestras políticas, se acabó que los bancos sean los únicos que no paguen por sus errores, se acabó que la ley electoral sea injusta y no represente al electorado español, se acabó que nuestros políticos se perpetúen y se preocupen más por el mantenimiento de sus cargos que de escuchar al ciudadano. Las personas quieren que esto cambie y así lo están gritando. Sin colores políticos, sin ideologías, sin violencia, solo se busca la regeneración democrática en lo más básico de su concepto. Que la soberanía del pueblo la ostente el pueblo. Que la política se acerque al ciudadano. Que le escuche y luche por mejorar su calidad de vida, por satisfacer sus necesidades. No es más que eso. Luego que cada político edifique su programa sobre esta estructura y que le vote quien quiera. Porque esto no se trata de eliminar la democracia, sino de sanearla. De devolverle su esplendor.
Democracia Real Ya no pide ningún voto, ni siquiera que no se ejerza tal derecho. Tampoco se trata de eso. Simplemente pide una reflexión antes de votar más de lo mismo. Luego cada uno es dueño de sus decisiones y de sus convicciones.
Yo me adscribo al movimiento y ofrezco mi apoyo porque pienso que nos merecemos una política mejor, más justa e igualitaria. En Cádiz yo pensaba que me encontraría con una ciudad dormida. Sin embargo, de la noche a la mañana, como ocurre a esta hora en buena parte del país, hay gaditanos que están ahí, dando el do de pecho, convocando, informando, organizando y concienciando, de un modo sano y dialogante, el hartazgo de la política y la lejanía de una economía que nos oprime y que, como ciudadanos, venimos comentando de un modo u otro en reuniones de amigos, en familia, con los compañeros de trabajo, de una manera individual. Ahora toca el momento de unirse para mandar un mensaje muy sencillo a nuestros gobernantes. Así, NO.
15 mayo 2011
Campaña electoral Cádiz 2011. Más vacío, más hastío.
Ya solo queda una semana para las elecciones. Y menos mal porque creo que la gente está cansadísima de escuchar discursos vanos, ambiguos y vacíos. No se dan respuestas a los grandes problemas del ciudadano, solo se escuchan anuncios grandilocuentes de actitudes, lucha y trabajo que no dan ninguna confianza a los electores. Las encuestas dan más de lo que ya teníamos y los políticos no dan alternativas.
Después de seguir con cierto interés lo que ha dado de sí la precampaña y la posterior semana de campaña que llevamos, tenía la esperanza de que en el debate electoral entre Martínez, Meléndez y Terrada se diera algo distinto, saber qué es lo que realmente se puede esperar de estos candidatos. Aunque no pude ver el debate televisado sí que leí la crónica del mismo y la sensación que se me quedó en el cuerpo es la de la DECEPCIÓN. Lo que quieren unos y otros hacer con Cádiz es prácticamente lo mismo. Exceptuando algunas propuestas muy concretas y puntuales que poco cambian el modelo de ciudad que defienden, mi conclusión es que ninguno aborda con realismo y concreción los problemas que tiene Cádiz y que no son pocos. ¿Para qué tanta reunión con comerciantes, asociaciones de vecinos, de enfermos, de colectivos tan variopintos? No hay datos que reflejen que se va a trabajar por ellos. Se habla del problema de la vivienda y del paro, que efectivamente son las dos grandes losas del gaditano, pero más allá de construir un barrio nuevo o no, las cifras no cambian de uno a otro. Se habla de los transportes y nos cuentan milongas de autobuses que pasarán por un lado u otro pero sigue siendo un transporte caro y que no evita el uso del coche privado. Se habla de la bicicleta como alternativa pero ninguno presenta un plan acondicionado, un mapa con lo que serán los carrilles bici que pueda hacerse realidad. Se habla de que si el tranvía debe terminar en una plaza o en otra pero nadie negocia con la Junta que es la responsable del proyecto. Se habla de la exclusión social pero ningún candidato presenta un plan de inserción para los afectados con propuetas concretas. Se habla de zonas de esparcimiento, plazas, parques... pero tampoco hay un mapa con los lugares que se remodelarían ni en qué medida afecta a sus habitantes. Se habla de la importancia del Bicentenario pero no cuentan con los ciudadanos ni en qué puede mejorar al gaditano la celebración de la efeméride. Se habla de tantas cosas que suelen caer en el saco de las vanidades y las falsas promesas políticas que ya no hay quién se los crea.
Discursos vacíos. Según las últimas encuestas del Centro de Investigaciones Científicas, la preocupación por nuestra clase política ha pasado a ser una de las más importantes de los ciudadanos, sólo después del paro y la economía. No nos sentimos reflejados ni representados por nuestros políticos y los casos de corrupción y la tensión política que se ha convertido en un patio de vecinos de malas marujas nos dejan, a los españoles en general y a los gaditanos en particular, en un lugar de indefensión que no parece preocupar a sus protagonistas. Los plenos del Ayuntamiento de Cádiz son un claro reflejo de lo que pasa también en otros tantos lugares. Y a la hora de las elecciones y de presentar un proyecto político que convenza al elector, NADA. Parece que lo que pensamos da igual. Que lo que necesitamos da igual. Pues a ver si lo que votemos también les da igual.
Después de seguir con cierto interés lo que ha dado de sí la precampaña y la posterior semana de campaña que llevamos, tenía la esperanza de que en el debate electoral entre Martínez, Meléndez y Terrada se diera algo distinto, saber qué es lo que realmente se puede esperar de estos candidatos. Aunque no pude ver el debate televisado sí que leí la crónica del mismo y la sensación que se me quedó en el cuerpo es la de la DECEPCIÓN. Lo que quieren unos y otros hacer con Cádiz es prácticamente lo mismo. Exceptuando algunas propuestas muy concretas y puntuales que poco cambian el modelo de ciudad que defienden, mi conclusión es que ninguno aborda con realismo y concreción los problemas que tiene Cádiz y que no son pocos. ¿Para qué tanta reunión con comerciantes, asociaciones de vecinos, de enfermos, de colectivos tan variopintos? No hay datos que reflejen que se va a trabajar por ellos. Se habla del problema de la vivienda y del paro, que efectivamente son las dos grandes losas del gaditano, pero más allá de construir un barrio nuevo o no, las cifras no cambian de uno a otro. Se habla de los transportes y nos cuentan milongas de autobuses que pasarán por un lado u otro pero sigue siendo un transporte caro y que no evita el uso del coche privado. Se habla de la bicicleta como alternativa pero ninguno presenta un plan acondicionado, un mapa con lo que serán los carrilles bici que pueda hacerse realidad. Se habla de que si el tranvía debe terminar en una plaza o en otra pero nadie negocia con la Junta que es la responsable del proyecto. Se habla de la exclusión social pero ningún candidato presenta un plan de inserción para los afectados con propuetas concretas. Se habla de zonas de esparcimiento, plazas, parques... pero tampoco hay un mapa con los lugares que se remodelarían ni en qué medida afecta a sus habitantes. Se habla de la importancia del Bicentenario pero no cuentan con los ciudadanos ni en qué puede mejorar al gaditano la celebración de la efeméride. Se habla de tantas cosas que suelen caer en el saco de las vanidades y las falsas promesas políticas que ya no hay quién se los crea.
Discursos vacíos. Según las últimas encuestas del Centro de Investigaciones Científicas, la preocupación por nuestra clase política ha pasado a ser una de las más importantes de los ciudadanos, sólo después del paro y la economía. No nos sentimos reflejados ni representados por nuestros políticos y los casos de corrupción y la tensión política que se ha convertido en un patio de vecinos de malas marujas nos dejan, a los españoles en general y a los gaditanos en particular, en un lugar de indefensión que no parece preocupar a sus protagonistas. Los plenos del Ayuntamiento de Cádiz son un claro reflejo de lo que pasa también en otros tantos lugares. Y a la hora de las elecciones y de presentar un proyecto político que convenza al elector, NADA. Parece que lo que pensamos da igual. Que lo que necesitamos da igual. Pues a ver si lo que votemos también les da igual.
10 mayo 2011
Campaña electoral Cádiz 2011. Arma de doble filo
Estamos acostumbrados en estas fechas preelectorales a escuchar promesas de todo tipo, muchas repetidas elecciones tras elecciones, guerra de cifras de un candidato y otro sobre lo que va a construir o los puestos de trabajo que va a crear, promesas sobre mejoras más o menos etéreas, otras originales aunque son las menos, 'electoralistas', rimbombantes, aburridas, algunas imposibles, y hay otras que a mi parecer son 'sensibles', como la que traigo al caso. Teófila Martínez se ha atrevido a prometer hoy escoltas para las mujeres maltratadas.
Hay promesas dentro de los programas electorales que sabemos que son relativamente cumplibles. Esto no debería ser así, pero lo es. Hay manipulaciones de números, que son condenables cuando maquillan o alteran la realidad, pero existen. Como ejemplo, el PP asegura que va a crear 5.000 puestos de trabajo nuevos con la rehabilitación del recinto exterior de la Zona Franca, (que como ya expliqué en una entrada anterior está condicionada a la llegada del partido a Moncloa en 2012) pero cuando lees la letra pequeña, en esa cuenta ya están incluidos los más de 2.500 trabajadores que actualmente ejercen su labor en esas instalaciones. Pero hay promesas electorales que, de no cumplirse, se convierten en un engaño vil a la sensibilidad de los ciudadanos.
¿Tiene presupuesto un Ayuntamiento como el gaditano para financiar un programa de protección a las mujeres maltratadas con un escolta personal? Si es así, ¿por qué no se ha hecho antes? ¿Por qué no se hace en otras ciudades? ¿Acaso es una medida puntual, a ciertas horas, en casos concretos, a ciertas personas? Si se llevara a cabo, ¿podría decir Teófila Martínez que tiene un servicio de escolta para las mujeres maltratadas por el hecho de que una sóla persona se beneficiara de él?
Me produce muchos interrogantes esta propuesta y sobre todo desconfianza y cierto desasosiego. Y es así porque va dirigida a un sector de población vulnerable. No se juega con la confianza de unas personas que suelen tener la autoestima por los suelos, personas que viven su vida diaria con temor, machacadas psicológicamente, para ganar un puñado de votos y que luego vean sus esperanzas truncadas. Si se promete, se cumple. Hay ciertas cosas con las que no se puede hacer electoralismo.
Entro en la web del PP gaditano, bueno no exactamente, en la web de teófila.es, porque prefieren que la gente piense que en Cádiz no se vota al partido sino a la persona, y lo único que explica sobre esta propuesta es lo siguiente:
"La candidata a la alcaldía de Cádiz por el Partido Popular, Teófila Martínez, ha propuesto dentro del Programa Electoral del Área de Mujer potenciar la Unidad Alerta 24 horas contra los malos tratos mediante la creación de un dispositivo de escoltas para aquellos casos en los que concurran factores de especial riesgo". Ni una linea más. Ni una explicación más. ¿Cuándo concurren factores de especial riesgo? ¿Cuántos escoltas habrá dando ese servicio? No encuentro respuestas y me quedo con el mismo desasosiego y la misma desconfianza. Esto más que políticas sobre la mujer me parece jugar con sus miedos, y por tanto, una desfachatez. Espero tener que comerme mis palabras.
06 mayo 2011
Precampaña Cádiz 2011. Muchos nombres, pocos contenidos.
Marta Meléndez (PSOE) ha anunciado sus propuestas para Comercio y Consumo si llega a ser alcaldesa de Cádiz después del 22-M. Estas medidas consisten en la supuesta creación de muchos consejos consultivos en el que estén representados todos los organismos afectados, partidos políticos, empresarios, consumidores, asociaciones de vecinos y demás, pero sin explicar qué ámbito de actuación tendrían esas entidades. Quiero decir que mucho talante pero poco contenido, solo vacío. El Consejo Local del Comercio, el Consejo Municipal del Consumo, la Casa del Artesano en El Pópulo... muchos nombres, pero ninguna explicación de en qué consisten estos consejos y qué solucionan.
¿En qué están basados? Pues en una reunión de la Unión de Comerciantes con el PSOE en el que se quejan de la sangría de empleos que está provocando la tendencia al cierre de los comercios tradicionales y que cifran en 1.190 comercios menos en los últimos cuatro años. Ante esto, la Unión de Comerciantes gaditana se posiciona en contra del centro comercial previsto en el nuevo PGOU a la entrada de la ciudad y que contaría con 20 plantas. Marta Meléndez se ha comprometido a cambiar el Plan de Ordenación Urbanística para suprimir la creación del parque comercial. Pues bien, esta es la única propuesta concreta que presenta el PSOE en este ámbito, puesto que el resto se queda en palabras sin mucho contenido (más peatonalización, lugares de esparcimiento familiar, ayudas al comercio, pero sin concretar nada) y en consejos de debate y reflexión que tampoco sabemos como actuarían. Más o menos, dejar las cosas como están.
¿En qué están basados? Pues en una reunión de la Unión de Comerciantes con el PSOE en el que se quejan de la sangría de empleos que está provocando la tendencia al cierre de los comercios tradicionales y que cifran en 1.190 comercios menos en los últimos cuatro años. Ante esto, la Unión de Comerciantes gaditana se posiciona en contra del centro comercial previsto en el nuevo PGOU a la entrada de la ciudad y que contaría con 20 plantas. Marta Meléndez se ha comprometido a cambiar el Plan de Ordenación Urbanística para suprimir la creación del parque comercial. Pues bien, esta es la única propuesta concreta que presenta el PSOE en este ámbito, puesto que el resto se queda en palabras sin mucho contenido (más peatonalización, lugares de esparcimiento familiar, ayudas al comercio, pero sin concretar nada) y en consejos de debate y reflexión que tampoco sabemos como actuarían. Más o menos, dejar las cosas como están.
05 mayo 2011
Precampaña Cádiz 2011. Entre cristales rotos.
Cristóbal Montoro ha acompañado a Teófila Martínez, alcaldesa y alcaldable popular, en su acto de precampaña para presentar su propuesta para la próxima legislatura en la Zona Franca de Cádiz, pulmón industrial de la ciudad. Y se lo ha llevado, con rueda de prensa incluida rodeados de periodistas, a uno de los 'boquetes' deprimidos y abandonados que existen en el polígono. Entre cristales rotos han explicado lo que se pretende hacer con esas naves industriales. Una imagen peculiar que una alcaldesa haga campaña en un lugar tan triste y gris de una ciudad que gobierna para demostrar lo mal que está. La gestión de la Zona Franca corresponde al Estado y la rehabilitación de ese espacio depende en gran parte de la inversión del Gobierno central, sobre todo por la cuantía de la misma. 600 millones de euros ha anunciado Martínez.
¿Cuál es la razón por la que Teófila hace campaña electoral en un lugar donde no ha invertido un euro y acompañada por el exministro Cristóbal Montoro? Pues porque el plan que tiene es el siguiente: ganar las elecciones municipales de Cádiz en mayo de 2011, que el PP gane las elecciones generales en marzo de 2012, que Cristóbal Montoro sea investido ministro de Economía posteriormente y, entonces ya, hacemos la rehabilitación de la Zona Franca de Cádiz. Un plan a largo plazo, desde luego. Cierto es que en los siete años de gestión socialista de la Zona Franca, el recinto exterior sigue presentando un estado lamentable. Cierto es que las naves industriales sin uso, cuantificadas en un 45% de las existentes actualmente, suponen una pérdida de actividad económica, de suelo industrial y de empleo que Cádiz no puede permitirse. Cierto es que es urgente la rehabilitación integral de todo el polígono. Pero igual de cierto que, como la propia Teófila ha reconocido, en el PGOU de 1994 anterior a la llegada de la santanderina al Ayuntamiento ya estaba prevista la necesidad de impulsar una reforma de la Zona Franca y que ocho años de gobiernos populares simultáneos en Cádiz y Moncloa en un periodo de crecimiento económico no dejó ninguna inversión en el mencionado polígono industrial. De hecho, la gestión del PP en el Consorcio de la Zona Franca en Cádiz lo que dejó fue un boquete económico profundísimo con el caso Rilco, Quality y el bochornoso desfalco de Rodríguez de Castro.
¿Cuál es la razón por la que Teófila hace campaña electoral en un lugar donde no ha invertido un euro y acompañada por el exministro Cristóbal Montoro? Pues porque el plan que tiene es el siguiente: ganar las elecciones municipales de Cádiz en mayo de 2011, que el PP gane las elecciones generales en marzo de 2012, que Cristóbal Montoro sea investido ministro de Economía posteriormente y, entonces ya, hacemos la rehabilitación de la Zona Franca de Cádiz. Un plan a largo plazo, desde luego. Cierto es que en los siete años de gestión socialista de la Zona Franca, el recinto exterior sigue presentando un estado lamentable. Cierto es que las naves industriales sin uso, cuantificadas en un 45% de las existentes actualmente, suponen una pérdida de actividad económica, de suelo industrial y de empleo que Cádiz no puede permitirse. Cierto es que es urgente la rehabilitación integral de todo el polígono. Pero igual de cierto que, como la propia Teófila ha reconocido, en el PGOU de 1994 anterior a la llegada de la santanderina al Ayuntamiento ya estaba prevista la necesidad de impulsar una reforma de la Zona Franca y que ocho años de gobiernos populares simultáneos en Cádiz y Moncloa en un periodo de crecimiento económico no dejó ninguna inversión en el mencionado polígono industrial. De hecho, la gestión del PP en el Consorcio de la Zona Franca en Cádiz lo que dejó fue un boquete económico profundísimo con el caso Rilco, Quality y el bochornoso desfalco de Rodríguez de Castro.
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