15 mayo 2011

Campaña electoral Cádiz 2011. Más vacío, más hastío.

Ya solo queda una semana para las elecciones. Y menos mal porque creo que la gente está cansadísima de escuchar discursos vanos, ambiguos y vacíos. No se dan respuestas a los grandes problemas del ciudadano, solo se escuchan anuncios grandilocuentes de actitudes, lucha y trabajo que no dan ninguna confianza a los electores. Las encuestas dan más de lo que ya teníamos y los políticos no dan alternativas.
Después de seguir con cierto interés lo que ha dado de sí la precampaña y la posterior semana de campaña que llevamos, tenía la esperanza de que en el debate electoral entre Martínez, Meléndez y Terrada se diera algo distinto, saber qué es lo que realmente se puede esperar de estos candidatos. Aunque no pude ver el debate televisado sí que leí la crónica del mismo y la sensación que se me quedó en el cuerpo es la de la DECEPCIÓN. Lo que quieren unos y otros hacer con Cádiz es prácticamente lo mismo. Exceptuando algunas propuestas muy concretas y puntuales que poco cambian el modelo de ciudad que defienden, mi conclusión es que ninguno aborda con realismo y concreción los problemas que tiene Cádiz y que no son pocos. ¿Para qué tanta reunión con comerciantes, asociaciones de vecinos, de enfermos, de colectivos tan variopintos? No hay datos que reflejen que se va a trabajar por ellos. Se habla del problema de la vivienda y del paro, que efectivamente son las dos grandes losas del gaditano, pero más allá de construir un barrio nuevo o no, las cifras no cambian de uno a otro. Se habla de los transportes y nos cuentan milongas de autobuses que pasarán por un lado u otro pero sigue siendo un transporte caro y que no evita el uso del coche privado. Se habla de la bicicleta como alternativa pero ninguno presenta un plan acondicionado, un mapa con lo que serán los carrilles bici que pueda hacerse realidad. Se habla de que si el tranvía debe terminar en una plaza o en otra pero nadie negocia con la Junta que es la responsable del proyecto. Se habla de la exclusión social pero ningún candidato presenta un plan de inserción para los afectados con propuetas concretas. Se habla de zonas de esparcimiento, plazas, parques... pero tampoco hay un mapa con los lugares que se remodelarían ni en qué medida afecta a sus habitantes. Se habla de la importancia del Bicentenario pero no cuentan con los ciudadanos ni en qué puede mejorar al gaditano la celebración de la efeméride. Se habla de tantas cosas que suelen caer en el saco de las vanidades y las falsas promesas políticas que ya no hay quién se los crea.
Discursos vacíos. Según las últimas encuestas del Centro de Investigaciones Científicas, la preocupación por nuestra clase política ha pasado a ser una de las más importantes de los ciudadanos, sólo después del paro y la economía. No nos sentimos reflejados ni representados por nuestros políticos y los casos de corrupción y la tensión política que se ha convertido en un patio de vecinos de malas marujas nos dejan, a los españoles en general y a los gaditanos en particular, en un lugar de indefensión que no parece preocupar a sus protagonistas. Los plenos del Ayuntamiento de Cádiz son un claro reflejo de lo que pasa también en otros tantos lugares. Y a la hora de las elecciones y de presentar un proyecto político que convenza al elector, NADA. Parece que lo que pensamos da igual. Que lo que necesitamos da igual. Pues a ver si lo que votemos también les da igual.

3 comentarios:

Marta dijo...

siempre he escuchado eso, que todos son los mismos y siempre he intentado defender que no... cada vez me cuesta más creermelo...

Paco dijo...

no son los mismos, tienen las cuentas en diferentes bancos.

Alberto Zapata dijo...

¿Cómo es posible que un pueblo que dio ejemplo al mundo de lo que debe ser una transición democrática, se vuelva tan indiferente con respecto a la política? La respuesta, bajo mi entender, obvia, culpa directamente a unos dirigentes que jamás se merecieron a quienes representaban. Lo que realmente me inquieta de estas "promesas que no valen nada", es si de entre todos estos que se hacen llamar políticos, hay alguno que le duela la actual situación. Que realmente quiera ser un político de verdad. ¿Crees que lo hay? Para mí, lo ideal sería una tecnocracia, pero eso implicaría un cambio demasiado profundo que, con tantos intereses de por medio, no iban a dejar que ocurriera. ¿Qué crees que debería pasar para que se volviera a tener conciencia política?

Un abrazo, ¡y suerte con este blog! Espero seguirlo muy a menudo!