21 octubre 2011

Mis hijos ya no sabrán qué es ETA

20 de octubre de 2011. La banda terrorista ETA anuncia su cese definitivo de la actividad armada después de acabar con la vida de 829 personas durante más de cuarenta años.

Se lo tendremos que explicar a nuestros hijos, que ya no tendrán ni idea de qué va esto. ETA pasa a formar parte de esas cosas que nos hacen viejos ante los niños, como las pesetas. Nuestros pequeños oirán hablar de ETA como ese fantasma incómodo y que daba tanto miedo, algo parecido a lo que pasaba en mi generación con el dictador Francisco Franco.

Yo le tenía miedo a ETA cuando era un niño. Un miedo infantil que no llega a ser miedo, sino incertidumbre. ¿Nadie recuerda esa sensación, cuando tú veías un problema pero a los adultos de tu alrededor no parecían preocuparles y entonces esa sensación de agobio y confusión crecía porque o bien había una salvación inminente que todos sabían pero que no te habían contado o bien estabas rodeado de inconscientes que no le daban importancia a las cosas?
Pues bien, algo así me pasaba a mi de pequeño con dos cosas que me preocupaban mucho a la hora de irme a la cama. Una era la idea de tragarme un diente de leche, de los que ya se me movían, durante la noche. Me obsesionaba en dormir de lado o boca abajo. La otra cosa era ETA. ¿Por qué? Porque mis padres vivían (viven) en un bajo, con coches aparcados en la ventana de la habitación donde yo dormía, y que daba a una manzana de viviendas de guardias civiles. A mí esa conjunción de elementos me torturaba de niño. Esos coches que explotan, a mí me daban de lleno. Y pensaba en la oscuridad y el silencio nocturnos cómo sería y qué opciones tendría yo de salvarme ante eso. No me quitaba el sueño, era un niño, un miedo infantil te sirve para fantasear los cinco minutos que tardas en coger el sueño más profundo que existe. Ahora mis hijos (si los tuviera) tendrán que buscarse otra idea para rellenar de pensamientos y fantasías esos cinco minutos, porque los míos ya no les valen. Menos mal.

10 agosto 2011

Trampas. Cuando todos jugamos, pero pocos conocen las reglas


Cuando Quevedo escribió aquello de 'Poderoso es don Dinero' no se podría ni imaginar hasta dónde tendrían vigencia esas palabras. Un pensamiento universal, como tantos otros de nuestro poeta del siglo de oro. Pero por aquel entonces, cuando don Francisco reflejaba la avaricia, las desigualdades, los favores, sobornos, guerras y veleidades que provocaban el vil metal, aún el dinero suponía simplemente eso, monedas contantes y sonantes que podían comprar y vender hasta el alma y los principios del más fiel y puro inquisidor, que no es poco.
El crédito, las hipotecas, los números rojos, las estadísticas, crisis, recesión, producto interior bruto, renta per cápita, Índice de Precios al Consumidor (IPC), el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) y tantos otros conceptos, los hemos ido sumando a eso que nos gobierna en la sombra y que se engloba dentro de la ECONOMÍA, pero que con el tiempo se han ido incluyendo dentro del imaginario colectivo del contexto histórico que nos había tocado vivir como etapa de consolidación de un capitalismo acérrimo.
Los mercados financieros, las bolsas, el Ibex, el Dow Jones, el Nasdaq o cualquier otro índice bursátil y otros términos, estaban reservados sólo para unos cuantos que sentían cierto interés en saber cómo funciona nuestro sistema bursátil o para aquellos que viven o dependen de él. Es sorprendente cómo hay personas que subsisten de conocer bien estos entresijos y saber utilizarlos (y tienen liquidez o un capital para invertirlo).
Sin embargo, desde hace tres años se nos han impuesto como un contexto base que justifica cualquier política. Además, se han sumado innumerables conceptos nuevos que vienen a ennegrecer lo ya oscurecido para que sea dificilísimo cuando no imposible cualquier análisis propio de la realidad. Los bonos basura, los fondos de varios tipos, la prima de riesgo, las agencias de calificación, la incidencia de la confianza de los consumidores en que suban o no los precios en el mercado, el rating, la deuda pública, el rescate de bancos que no se nacionalizan, los test de estrés, las fusiones frías, el rescate de países... De modo impune, el sistema nos ha engullido y no nos hemos enterado. Somos juzgados por abyectos intereses económicos que no tienen cara ni dni y ni siquiera nos han puesto un abogado de oficio que nos defienda. Estamos condenados de antemano.
A veces pienso que deberíamos tener cierta formación sobre estos conceptos económicos. Saber qué significan para no ser tan manipulables. Y sin embargo, estoy convencido de que, en mi caso, sólo serviría para frustrarme aún más. Sí que me gustaría poder conocer ciertas estructuras que me ayudaran a tener un pensamiento crítico sobre el tema, intentar comprender mínimamente algo tan abstracto. Me parece lógico, aunque no interesante por lo que entraña, entender en qué momento perdimos la soberanía de nuestros gobiernos y de nuestras propias decisiones. Tener a quién culpar y algún que otro argumento sólido y refutable. La cuestión es que, por más que me lo expliquen los mejores catedráticos de microeconomía, macroeconomía y economía aplicada, por mucho que me llevase horas sentado junto a conscientes especuladores, por más que leyese manuales y monográficos históricos, teorías, e hiciese mil cuentas, creo que nunca podré llegar a entender de verdad (de un modo ético, en el concepto más amplio de la palabra) la deshumanización. El juego de las finanzas. Hemos inventado la mayor guerra, y supongo que me ha tocado estar en el bando de los vencidos.

30 junio 2011

Nuestras armas y el miedo a las verdades

Miedo. Hoy parece que tienen miedo los de enfrente, los que rodean en lugar de los que llevan tantos años rodeados. Hoy muestran incertidumbre los que siempre se han visto tan seguros y respaldados. Los que portan las metralletas y se inventan las fronteras, en el día de hoy, están asustados por las consecuencias que pueda traer el compromiso de unos pocos.
El Mediterráneo es un mar que baña las costas de un buen número de países muy dispares. Es heterogéneo y en pocas ocasiones se han unido sus habitantes en busca de un punto en común, más allá del histórico. Sin embargo hoy, el mediterráneo está pendiente de sus puertos, de una docena de barcos atracados en los muelles de algunos de esos países y que tienen como punto y final otro enclave mediterráneo, sin más. Doce barcos, unas 500 personas, 3.000 toneladas de ayuda humanitaria y un desafío, romper el bloque al que Israel somete la franja de Gaza, hacer públicas las atrocidades que el pueblo judío, encabezado por su Ejército y respaldado por su eficaz presión diplomática, lleva a cabo durante años y cada vez con más descaro sobre el pueblo palestino.
La primera flotilla que hizo ese recorrido sufrió el ataque de las tropas israelíes con un saldo de nueve muertos, numerosos detenidos entre los que se encontraban 60 periodistas y todo el material confiscado (aún no han recuperado los equipos), una investigación interna que concluyó que habían actuado de un modo ejemplar y una impunidad internacional inexplicable ante una agresión de este tipo.
Hoy la flotilla vuelve. Las miradas regresan hacia ese lugar del mundo que todos sabemos que es conflictivo pero que la información por repetida nos ha inmunizado del drama y nos impide conocer de verdad cuál es el día a día que viven sus ciudadanos. Y a Israel no le interesa que la opinión pública les juzgue, que las cámaras  lleguen al puerto de Gaza (si no son asaltadas antes), que las imágenes circulen por el mundo sin que antes pasen su férreo control, que es lo que acostumbran a hacer.
Por eso, ese temor, ese miedo a que la verdad se sepa, ha llevado a Israel a amenazar a los periodistas que quieran embarcarse en esa segunda flotilla que prepara su salida. Por eso los barcos están sufriendo unos obstáculos administrativos en los mismos puertos europeos (recordemos el poder diplomático israelí, respaldado por el todopoderoso Estados Unidos), incluso dos de ellos han sido objeto de sabotajes. En el puerto del Pireo (Atenas) el barco griego ha tenido problemas técnicos en las hélices, igual que ha ocurrido en un puerto turco con la embarcación irlandesa. La conspiranoia sobrevuela a los integrantes de la flotilla gracias a los pescadores sin utensilios de pesca que merodean alrededor de los barcos y de los propios miembros activos de la Segunda Flotilla de la Libertad. Por eso se está intentado hacer presión desde las organizaciones que apoyan esta iniciativa, para contrarrestrar que el miedo israelí se convierta en un boicot efectivo. Aunque los gobiernos europeos no quieran mostrar su apoyo a los derechos humanos más que con declaraciones veladas en favor al pueblo palestino pero que en ningún caso les malposicione con Israel, al menos que mantengan la neutralidad y dejen hacer a un grupo de activistas que se juegan su integridad para hacer justicia.
El gobierno israelí, efectivamente, amenaza a los periodistas. Con sanciones, con confiscaciones, con detenciones. Simplemente amenazan a la verdad, porque saben que no les gustará al resto. Mientras, los países que saben la verdad, tampoco se sienten cómodos si se hacen públicas las atrocidades inhumanas que se permiten, que no se sancionan y que en innumerables casos se apoyan. Ante esto, solo cabe estar informados y tener un pensamiento crítico, ser comprometidos y exigir justicia. El desembarco de ayuda humanitaria nunca debe ser ilegal, un bloqueo ilegítimo y el trato inhumano a otros ciudadanos, sí.

20 mayo 2011

Con 30 y con futuro, ¿por qué no?

En la plaza del Palillero, el actual ágora del pueblo como bien dice Tamara en su artículo, se congregan en estos días personas de todas las edades hartos de los gobernantes y de las opresiones de quienes deberían defender nuestros intereses. Sin embargo, a estas horas en las que escribo, ya de madrugada, la media de las varias decenas de ciudadanos que pasan la noche al raso ronda la treintena. Jóvenes que luchan por tener oportunidades, por un futuro, por nuestro futuro.
Durante los años que estuve en la universidad sufrí un gobierno del Partido Popular que nos dio muchos argumentos para movilizarnos. La LOU y la guerra de Irak, nada menos. La reforma universitaria supuso en la Facultad de Comunicación de Sevilla un encierro que duró más de dos semanas, no recuerdo fechas exactas, pero que fueron de una gran intensidad. De la guerra, otro tanto. Concentraciones delante de la facultad, cortes de tráfico, mesas informativas, clases al aire libre, acciones concretas para llamar la atención de la ciudadanía por nuestra causa, y un largo etcétera. Si no fuera porque los 'pequeños gobernantes' de las movilizaciones lo convirtieron en algo un tanto sectario de conmigo o contra mi lo recordaría aún con más orgullo. Sin embargo, los mejores recuerdos de aquellas andanzas no vienen por lo que conseguimos, sino  por algo más personal. Durantes esos días maduré como persona, como ciudadano con conciencia, como ser ese pequeño trozo dentro de la gran sociedad que conformamos y que puede oirte, acompañarte, apoyarte o ignorarte como si no existieras. Durantes esos días forjé amistades que enraizaron hasta lo más profundo, crecí.
No hace mucho pensaba que en estos días que vivimos la sociedad nos agilipolla. El estado del bienestar nos da lo justo como para que temamos perder lo que ya poseemos y no nos atrevamos a reivindicar lo que de verdad deseamos. Nos hace esclavos de una libertad y de una protección que sin embargo nos encadena a la hora de exigir que hace falta más libertad y protección porque las desigualdades y las injusticias continúan ocurriendo a nuestro alrededor, a nosotros mismos. Estamos oprimidos, no como lo estaban nuestros padres en la dictadura, no como antes de que hubiera sanidad y educación pública para todos, no como lo están los ciudadanos de países con regímenes autoritarios. Pero sí ante una tasa del 45% del paro juvenil, sí ante un precio de la vivienda que las hace inasumibles, sí ante un contrato precario, sí ante una hipoteca a 40 años que puede subir o no o mucho, sí ante un político que no escucha las necesidades del ciudadano de a pie, sí ante los grandes empresarios y banqueros que se reparten bonus de beneficios mientras el resto hacemos cuentas y cuentas para terminar el mes. Estamos desprotegidos e insatisfechos. Y los más jóvenes se rebelan (nos rebelamos) ante un horizonte lleno de nubarrones. La generación perdida, dicen. ¿Por qué? No estamos perdidos, estamos aquí, con ganas, con ilusión, con esperanza de que las cosas no tienen por qué ser malas o malas, no tienen que ser así. Estamos aquí para cambiarlo. Y ellos, los que sacrifican la comodidad y el calor de una casa para pasar la noche entre cartones lo están demostrando. ¿Por qué piensan que solo nos podemos reunir para hacer botellón? Miradlos, están ahí, en medio de la plaza, leer sus carteles, hablad con ellos. Quieren futuro.
Yo, desde aquí, quiero felicitarlos y decirles que el futuro existe. Que pase lo que pase crecerán como personas, igual que yo lo hice e igual que lo sigo haciendo ahora, juntos. Y agradecerles a ellos y al resto de ciudadanos que apoyan con sus actos, con su presencia o con sus palabras este movimiento social que también estén ahí. Porque así conseguiremos una sociedad más justa y habitable, la construimos mejor. Y gracias también a mis compañeros de facultad por aquellos días que vivimos que fueron grandes.

19 mayo 2011

Anticampaña, pero no antisistema

Florece una revolución social. El movimiento del 15-M, gracias a colectivos ciudadanos como Democracia Real Ya, llega para disparar directamente a nuestras conciencias. Si la decepción, el hastío, la falta de confianza en nuestros representantes políticos (como ya comenté en el post anterior) nos ha llevado a encarar las elecciones y decidir nuestro voto buscando el mal menor, ahora todo ese malestar general se encauza mediante un movimiento social heterogéneo, pacífico y apartidista que está tomando nuestras calles. Y no son solo jóvenes, no solo jubilados, no solo parados, desahuciados o hipotecados; y no son solo radicales, y no son solo de izquierdas ni de derechas ni de centro; y no son solo personas acomodadas ni pobres; no son solo gente formada ni solo analfabetos. No solo son antisistema. Estamos todos representados pero no representan a nadie. Simplemente son ciudadanos, en calidad de ciudadanos, con voz y voto de ciudadanos que están hartos de que nadie luche por dar soluciones a sus problemas, a los problemas que casi cualquier español padece.
Se acabaron las excusas políticas de que son los mercados los que mandan en nuestra economía, se acabó que la Unión Europea nos fije nuestras políticas, se acabó que los bancos sean los únicos que no paguen por sus errores, se acabó que la ley electoral sea injusta y no represente al electorado español, se acabó que nuestros políticos se perpetúen y se preocupen más por el mantenimiento de sus cargos que de escuchar al ciudadano. Las personas quieren que esto cambie y así lo están gritando. Sin colores políticos, sin ideologías, sin violencia, solo se busca la regeneración democrática en lo más básico de su concepto. Que la soberanía del pueblo la ostente el pueblo. Que la política se acerque al ciudadano. Que le escuche y luche por mejorar su calidad de vida, por satisfacer sus necesidades. No es más que eso. Luego que cada político edifique su programa sobre esta estructura y que le vote quien quiera. Porque esto no se trata de eliminar la democracia, sino de sanearla. De devolverle su esplendor.
Democracia Real Ya no pide ningún voto, ni siquiera que no se ejerza tal derecho. Tampoco se trata de eso. Simplemente pide una reflexión antes de votar más de lo mismo. Luego cada uno es dueño de sus decisiones y de sus convicciones.
Yo me adscribo al movimiento y ofrezco mi apoyo porque pienso que nos merecemos una política mejor, más justa e igualitaria. En Cádiz yo pensaba que me encontraría con una ciudad dormida. Sin embargo, de la noche a la mañana, como ocurre a esta hora en buena parte del país, hay gaditanos que están ahí, dando el do de pecho, convocando, informando, organizando y concienciando, de un modo sano y dialogante, el hartazgo de la política y la lejanía de una economía que nos oprime y que, como ciudadanos, venimos comentando de un modo u otro en reuniones de amigos, en familia, con los compañeros de trabajo, de una manera individual. Ahora toca el momento de unirse para mandar un mensaje muy sencillo a nuestros gobernantes. Así, NO.

15 mayo 2011

Campaña electoral Cádiz 2011. Más vacío, más hastío.

Ya solo queda una semana para las elecciones. Y menos mal porque creo que la gente está cansadísima de escuchar discursos vanos, ambiguos y vacíos. No se dan respuestas a los grandes problemas del ciudadano, solo se escuchan anuncios grandilocuentes de actitudes, lucha y trabajo que no dan ninguna confianza a los electores. Las encuestas dan más de lo que ya teníamos y los políticos no dan alternativas.
Después de seguir con cierto interés lo que ha dado de sí la precampaña y la posterior semana de campaña que llevamos, tenía la esperanza de que en el debate electoral entre Martínez, Meléndez y Terrada se diera algo distinto, saber qué es lo que realmente se puede esperar de estos candidatos. Aunque no pude ver el debate televisado sí que leí la crónica del mismo y la sensación que se me quedó en el cuerpo es la de la DECEPCIÓN. Lo que quieren unos y otros hacer con Cádiz es prácticamente lo mismo. Exceptuando algunas propuestas muy concretas y puntuales que poco cambian el modelo de ciudad que defienden, mi conclusión es que ninguno aborda con realismo y concreción los problemas que tiene Cádiz y que no son pocos. ¿Para qué tanta reunión con comerciantes, asociaciones de vecinos, de enfermos, de colectivos tan variopintos? No hay datos que reflejen que se va a trabajar por ellos. Se habla del problema de la vivienda y del paro, que efectivamente son las dos grandes losas del gaditano, pero más allá de construir un barrio nuevo o no, las cifras no cambian de uno a otro. Se habla de los transportes y nos cuentan milongas de autobuses que pasarán por un lado u otro pero sigue siendo un transporte caro y que no evita el uso del coche privado. Se habla de la bicicleta como alternativa pero ninguno presenta un plan acondicionado, un mapa con lo que serán los carrilles bici que pueda hacerse realidad. Se habla de que si el tranvía debe terminar en una plaza o en otra pero nadie negocia con la Junta que es la responsable del proyecto. Se habla de la exclusión social pero ningún candidato presenta un plan de inserción para los afectados con propuetas concretas. Se habla de zonas de esparcimiento, plazas, parques... pero tampoco hay un mapa con los lugares que se remodelarían ni en qué medida afecta a sus habitantes. Se habla de la importancia del Bicentenario pero no cuentan con los ciudadanos ni en qué puede mejorar al gaditano la celebración de la efeméride. Se habla de tantas cosas que suelen caer en el saco de las vanidades y las falsas promesas políticas que ya no hay quién se los crea.
Discursos vacíos. Según las últimas encuestas del Centro de Investigaciones Científicas, la preocupación por nuestra clase política ha pasado a ser una de las más importantes de los ciudadanos, sólo después del paro y la economía. No nos sentimos reflejados ni representados por nuestros políticos y los casos de corrupción y la tensión política que se ha convertido en un patio de vecinos de malas marujas nos dejan, a los españoles en general y a los gaditanos en particular, en un lugar de indefensión que no parece preocupar a sus protagonistas. Los plenos del Ayuntamiento de Cádiz son un claro reflejo de lo que pasa también en otros tantos lugares. Y a la hora de las elecciones y de presentar un proyecto político que convenza al elector, NADA. Parece que lo que pensamos da igual. Que lo que necesitamos da igual. Pues a ver si lo que votemos también les da igual.

10 mayo 2011

Campaña electoral Cádiz 2011. Arma de doble filo

Estamos acostumbrados en estas fechas preelectorales a escuchar promesas de todo tipo, muchas repetidas elecciones tras elecciones, guerra de cifras de un candidato y otro sobre lo que va a construir o los puestos de trabajo que va a crear, promesas sobre mejoras más o menos etéreas, otras originales aunque son las menos, 'electoralistas', rimbombantes, aburridas, algunas imposibles, y hay otras que a mi parecer son 'sensibles', como la que traigo al caso. Teófila Martínez se ha atrevido a prometer hoy escoltas para las mujeres maltratadas.
Hay promesas dentro de los programas electorales que sabemos que son relativamente cumplibles. Esto no debería ser así, pero lo es. Hay manipulaciones de números, que son condenables cuando maquillan o alteran la realidad, pero existen. Como ejemplo, el PP asegura que va a crear 5.000 puestos de trabajo nuevos con la rehabilitación del recinto exterior de la Zona Franca, (que como ya expliqué en una entrada anterior está condicionada a la llegada del partido a Moncloa en 2012) pero cuando lees la letra pequeña, en esa cuenta ya están incluidos los más de 2.500 trabajadores que actualmente ejercen su labor en esas instalaciones. Pero hay promesas electorales que, de no cumplirse, se convierten en un engaño vil a la sensibilidad de los ciudadanos.
¿Tiene presupuesto un Ayuntamiento como el gaditano para financiar un programa de protección a las mujeres maltratadas con un escolta personal? Si es así, ¿por qué no se ha hecho antes? ¿Por qué no se hace en otras ciudades? ¿Acaso es una medida puntual, a ciertas horas, en casos concretos, a ciertas personas? Si se llevara a cabo, ¿podría decir Teófila Martínez que tiene un servicio de escolta para las mujeres maltratadas por el hecho de que una sóla persona se beneficiara de él?
Me produce muchos interrogantes esta propuesta y sobre todo desconfianza y cierto desasosiego. Y es así porque va dirigida a un sector de población vulnerable. No se juega con la confianza de unas personas que suelen tener la autoestima por los suelos, personas que viven su vida diaria con temor, machacadas psicológicamente, para ganar un puñado de votos y que luego vean sus esperanzas truncadas. Si se promete, se cumple. Hay ciertas cosas con las que no se puede hacer electoralismo.
Entro en la web del PP gaditano, bueno no exactamente, en la web de teófila.es, porque prefieren que la gente piense que en Cádiz no se vota al partido sino a la persona, y lo único que explica sobre esta propuesta es lo siguiente:
"La candidata a la alcaldía de Cádiz por el Partido Popular, Teófila Martínez, ha propuesto dentro del Programa Electoral del Área de Mujer potenciar la Unidad Alerta 24 horas contra los malos tratos mediante la creación de un dispositivo de escoltas para aquellos casos en los que concurran factores de especial riesgo". Ni una linea más. Ni una explicación más. ¿Cuándo concurren factores de especial riesgo? ¿Cuántos escoltas habrá dando ese servicio? No encuentro respuestas y me quedo con el mismo desasosiego y la misma desconfianza. Esto más que políticas sobre la mujer me parece jugar con sus miedos, y por tanto, una desfachatez. Espero tener que comerme mis palabras.

06 mayo 2011

Precampaña Cádiz 2011. Muchos nombres, pocos contenidos.

Marta Meléndez (PSOE) ha anunciado sus propuestas para Comercio y Consumo si llega a ser alcaldesa de Cádiz después del 22-M. Estas medidas consisten en la supuesta creación de muchos consejos consultivos en el que estén representados todos los organismos afectados, partidos políticos, empresarios, consumidores, asociaciones de vecinos y demás, pero sin explicar qué ámbito de actuación tendrían esas entidades. Quiero decir que mucho talante pero poco contenido, solo vacío. El Consejo Local del Comercio, el Consejo Municipal del Consumo, la Casa del Artesano en El Pópulo... muchos nombres, pero ninguna explicación de en qué consisten estos consejos y qué solucionan.
¿En qué están basados? Pues en una reunión de la Unión de Comerciantes con el PSOE en el que se quejan de la sangría de empleos que está provocando la tendencia al cierre de los comercios tradicionales y que cifran en 1.190 comercios menos en los últimos cuatro años. Ante esto, la Unión de Comerciantes gaditana se posiciona en contra del centro comercial previsto en el nuevo PGOU a la entrada de la ciudad y que contaría con 20 plantas. Marta Meléndez se ha comprometido a cambiar el Plan de Ordenación Urbanística para suprimir la creación del parque comercial. Pues bien, esta es la única propuesta concreta que presenta el PSOE en este ámbito, puesto que el resto se queda en palabras sin mucho contenido (más peatonalización, lugares de esparcimiento familiar, ayudas al comercio, pero sin concretar nada) y en consejos de debate y reflexión que tampoco sabemos como actuarían. Más o menos, dejar las cosas como están.
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05 mayo 2011

Precampaña Cádiz 2011. Entre cristales rotos.

Cristóbal Montoro ha acompañado a Teófila Martínez, alcaldesa y alcaldable popular, en su acto de precampaña para presentar su propuesta para la próxima legislatura en la Zona Franca de Cádiz, pulmón industrial de la ciudad. Y se lo ha llevado, con rueda de prensa incluida rodeados de periodistas, a uno de los 'boquetes' deprimidos y abandonados que existen en el polígono. Entre cristales rotos han explicado lo que se pretende hacer con esas naves industriales. Una imagen peculiar que una alcaldesa haga campaña en un lugar tan triste y gris de una ciudad que gobierna para demostrar lo mal que está. La gestión de la Zona Franca corresponde al Estado y la rehabilitación de ese espacio depende en gran parte de la inversión del Gobierno central, sobre todo por la cuantía de la misma. 600 millones de euros ha anunciado Martínez.
¿Cuál es la razón por la que Teófila hace campaña electoral en un lugar donde no ha invertido un euro y acompañada por el exministro Cristóbal Montoro? Pues porque el plan que tiene es el siguiente: ganar las elecciones municipales de Cádiz en mayo de 2011, que el PP gane las elecciones generales en marzo de 2012, que Cristóbal Montoro sea investido ministro de Economía posteriormente y, entonces ya, hacemos la rehabilitación de la Zona Franca de Cádiz. Un plan a largo plazo, desde luego. Cierto es que en los siete años de gestión socialista de la Zona Franca, el recinto exterior sigue presentando un estado lamentable. Cierto es que las naves industriales sin uso, cuantificadas en un 45% de las existentes actualmente, suponen una pérdida de actividad económica, de suelo industrial y de empleo que Cádiz no puede permitirse. Cierto es que es urgente la rehabilitación integral de todo el polígono. Pero igual de cierto que, como la propia Teófila ha reconocido, en el PGOU de 1994 anterior a la llegada de la santanderina al Ayuntamiento ya estaba prevista la necesidad de impulsar una reforma de la Zona Franca y que ocho años de gobiernos populares simultáneos en Cádiz y Moncloa en un periodo de crecimiento económico no dejó ninguna inversión en el mencionado polígono industrial. De hecho, la gestión del PP en el Consorcio de la Zona Franca en Cádiz lo que dejó fue un boquete económico profundísimo con el caso Rilco, Quality y el bochornoso desfalco de Rodríguez de Castro.

28 abril 2011

Precampaña Cádiz 2011. Zona azul, naranja, verde.

Pistoletazo de salida a la precampaña electoral. Los partidos políticos gaditanos ya han empezado con el batiburrillo de ideas, propuestas, promesas, ilusiones, demagogia y alguna que otra mentira de cara a las municipales del 22-M y pretendo aquí desgajar algunas de ellas, desmenuzarlas, compararlas o, simplemente y por qué no, criticarlas.
La primera va de colores. Teófila quiere para enero de 2012 cambiar el color de la mitad de las líneas azules que adornan el escaso aparcamiento en superficie gaditano y pasarlas al naranja. Marta y Sebastián prefieren el color verde. ¿Y tú?
En Cádiz hay unas 1.200 plazas de zona azul. El PP propone convertir la mitad, más de 500 han dicho, en zona de residentes, es decir, cambiarlas a zona naranja. Para hacer uso de ella el ciudadano debe estar empadronado en Cádiz, poseer un vehículo que pague las tasas de circulación en Cádiz y que no tenga ningún pago pendiente con el Ayuntamiento de Cádiz. ¿Estaría este ciudadano liberado de pasar por el parquímetro? No. El usuario tendrá que abonar un euro por cada día que se beneficie de esta zona 'privilegiada'. PSOE, IU, asociaciones de vecinos y diferentes colectivos de la ciudad vienen reclamando desde hace tiempo una zona de residentes gratuita, o lo que es lo mismo, la instauración de una zona verde.
Más allá de los colores, el hecho de que Teófila Martínez se plantee inaugurar una zona de residentes después de 16 años de mandato, podría parecer que le está dando en parte la razón a estos colectivos. Pero la alcaldesa se desmarca con el siguiente argumento "la zona azul se colocó para provocar la rotación de los aparcamientos, pero con el incremento de plazas subterráneas la gente que viene de fuera puede encontrar aparcamiento en estos parkings y podemos, ahora sí, dar respuesta a una de las alternativas que nos venían demandando los ciudadanos". Entonces, ¿Teófila conocía esa demanda? Claro, pero no era el momento. Ahora sí.
El grupo popular ha tenido muy claro que los aparcamientos subterráneos eran la solución para dar cabida al parque móvil de la ciudad. Se vanaglorian de las 14.000 plazas existentes e incluso amenazan con construir 11.000 más de aquí a 2019. A pesar de que son varias las zonas de extramuros que se han negado a los planes municipales de levantar su barrio para tal infraestructura.
¿Dónde está el negocio? Los aparcamientos subterráneos son un filón financiero que paga el ciudadano. Un ejemplo rápido. El parking de Santa Bárbara ha costado unos 8,7 millones de euros. El Ayuntamiento propone a los residentes de la zona que adquieran una plaza en concesión por 50 años a 28.300 euros cada una, hasta las 200 reservadas para tal fin. Eso supone costear 5.660.000 euros de la obra con sólo el 21% de las plazas. Las otras 720 son destinadas para uso rotatorio (unos 18 euros diarios) o para abonados (108 euros mensuales). ¿Cuánto tiempo tardará la empresa municipal EMASA que preside José Blas Fernández en amortizar la infraestructura? O peor aún, si EMASA es la que ha financiado los más de ocho millones y medio de euros que ha costado la obra y cuenta con otros aparcamientos subterráneos en la ciudad, ¿por qué el parking de Santa Barbara no está gestionado por la propia EMASA? Las cuentas salen si el gaditano paga. Si los aparcamientos subterráneos no tienen un fin puramente recaudatorio, cómo se explica que los parkings municipales de extramuros pasen de costar unos 87 o 98 euros según el caso a 140 euros al mes durante los meses de verano, más la zona azul provisional del Paseo Marítimo y alrededores. Si los gaditanos viven allí durante todo el año.
Y es entonces cuando llega Teófila Martínez y dice eso de que "ahora sí" se puede hacer una zona naranja, pensada para los residentes gaditanos, pero sin quedar libre de pasar por caja. Yo, particularmente, me quedo con el verde.

15 abril 2011

Lula recoge lo sembrado

Ocho años de gobierno no bastaron para desgastarlo. Muy al contrario, los índices de popularidad en su país cuando dejó el poder alcanzaban el 87%. Así como tampoco le desgastaron todos los años, que fueron muchos, de carrera presidencial. 13 años le costó convencer a los 58 millones de brasileños que terminaron votándole de que su política de izquierdas, labradas en el sindicalismo y unos orígenes muy humildes, era posible. Lula cambió la política en América Latina. Lula unió a buena parte de su continente, y una vez junto, le enseñó que hay más caminos entre Estados Unidos y Cuba. Convirtió a Brasil en el megáfono de Iberoamérica. Se constituyó él mismo en el micrófono de los pobres. Tendió puentes entre Davos y Porto Alegre. Reclamó un hueco entre los grandes para las vías de desarrollo. Exigió una mirada comprometida a la exclusión social, no desde la caridad, sino desde la oportunidad. Representó a millones de habitantes en sus discursos.
Lula convenció. Luchó por erradicar el hambre entre los niños de Brasil con su programa Hambre Cero, le ofreció oportunidades a los habitantes de las favelas con casas dignas y acceso al estudio, combatió la inflación y aumentó el salario mínimo, multiplicó las becas para la formación de los jóvenes... Brasil se ha convertido en un gigante económico mundial, en un mercado amplísimo con una emergente clase media, un país innovador y un actor con mucho peso en la geopolítica mundial.
Lula convence. Ahora toca hacer balance de casi una década de gobierno y en los primeros meses no ha parado de recibir premios. Nombrado el hombre más influyente del mundo en 2010 por la revista 'Time', el mismo hombre al que hace unos quince años cuestionaban su capacidad para gobernar por carecer de titulación académica, Lula da Silva recibe en Cádiz el III Premio Libertad Cortes de Cádiz. La pena es que tal y como viene se va, un visto y no visto que, valga la redundancia, no me permitirá verlo.
Lula terminó su gobierno pero deja su herencia. Aparte de un Mundial de fútbol y unos Juegos Olímpicos conseguidos en buena parte por su capacidad negociadora y carismática, queda mucho por hacer. Los pobres siguen necesitando de un altavoz que reclame por ellos, las desigualdades siguen creciendo y ni en Brasil está todo hecho. Los brotes verdes hay que cuidarlos para que sigan creciendo rectos hacia el sol. Recuerdo la semilla que dejó Allende y que no marginó por culpa de la helada que una noche cayó en La Moneda. Lula la heredó y ahora toca que la rieguen otros.



Así habla Lula:
"Quiero hablarles de forma simple y directa: vengo a proponerles acciones colectivas, responsables y solidarias, en favor de la superación de las condiciones humanas en que se encuentra gran parte de la población del globo. El hambre no puede esperar. Es preciso afrontarla con medidas de urgencia y estructurales. Si todos asumimos nuestras responsabilidades, crearemos un ambiente de mayor igualdad y también de oportunidades para todos.
La economía mundial está dando señales preocupantes de recesión. Los problemas sociales, como el desempleo, inclusive en los países ricos, se están agravando cada vez más. Estoy seguro de que uno de los objetivos de esta reunión del G-8 es buscar caminos para que la economía vuelva a crecer. Necesitamos una nueva ecuación que permita recuperar el crecimiento e incluya a los países en vías de desarrollo. La incorporación de los países en vías de desarrollo a la economía global pasa necesariamente por el acceso sin discriminaciones a los mercados de los países ricos.(...)
(...) Necesitamos forjar un nuevo paradigma de desarrollo que combine estabilidad financiera con crecimiento económico y justicia social. Hoy queremos crecer con financiación sostenida, distribuyendo la renta y fortaleciendo la democracia.
Ninguna teoría, por más sofisticada que sea, puede ser indiferente a la miseria y a la marginalidad. Mirando la historia contemporánea, sobre todo en los periodos que siguieron a las graves crisis económicas y sociales, veo que el desarrollo se dio a partir de profundas reformas sociales. Esas reformas incorporaron a millones de hombres y mujeres a la producción, al consumo y a la ciudadanía, y crearon un nuevo y prolongado dinamismo económico. Fue así en los Estados Unidos a partir de los años treinta. Fue así en la Europa de la posguerra.(...)
(...)No queremos la mirada piadosa de los países ricos. Necesitamos soluciones estructurales que deben formar parte de un conjunto de cambios en la economía mundial. Esperamos coherencia de nuestros socios más ricos (...)".

Parte del discurso pronunciado por Luiz Inácio 'Lula' da Silva en la cumbre del G-8 en Evian, el 2 de junio de 2003.

La irresponsabilidad social de Telefónica


Telefonica
ZaCky

Telefónica ha anunciado que quiere recortar el 20% de su plantilla en España en tres años, lo que supone la desaparición de unos 6.000 puestos de trabajo. Nada nuevo en estos tres años de crisis, aunque la simple cifra da miedo. Lo novedoso, que tampoco lo es tanto, es que Telefónica presentó unos beneficios récord en 2010, la escalofriante cantidad de 10.167 millones de euros según los datos que aporta el sindicato. Incluso desde el Gobierno han reaccionado de inmediato con las declaraciones del ministro de Trabajo que viene a decir que igual no es el momento de una cosa así.
Telefónica no está en crisis. Está en expansión. Y muchas, muchísimas de las empresas que han aprovechado la coyuntura económica para despedir a cientos de trabajadores tampoco lo estaban. Pero entramos en una espiral de resignación por la que dejar en la calle a un trabajador ahora es más entendible socialmente porque está cayendo la que está cayendo. En Telefónica probablemente se resienta la capacidad laboral, porque me niego a creer que una empresa pueda prescindir de 6.000 trabajadores y continuar dando el mismo servicio. El cliente de Telefónica lo sufrirá y su factura no va a bajar, sino todo lo contrario, puesto que han presentado una actualización de tarifas. ¿Y los 10.167 millones? ¿Para pagar indemnizaciones por despido? Me parece de una irresponsabilidad social indignante que una empresa de ese tamaño, que una gigantesca mole de la economía española proceda de este modo sin una justificación entendible para su viabilidad. Y lo peor es que solo es un mero ejemplo de lo que nos rodea.